Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna el 21 de julio de 1969, vivió una experiencia extraordinaria durante la misión Apollo 11. Después de un éxito inicial, Apollo 11 perdió de repente el contacto con la NASA. En ese momento crítico, Neil se sintió en peligro y, para su fortuna, un Pleyadiano de tres metros y medio apareció y le envió energía para salvarlo.
El Pleyadiano, luminoso y con cabello rubio, recibió a Neil en la Luna y lo invitó a visitar bases alienígenas pobladas por diferentes razas extraterrestres, incluyendo Pleyadianos, Arcturianos y Andromedianos. Neil pasó tres días en estas bases, aprendiendo información valiosa sobre las civilizaciones alienígenas.
Después del viaje, el Pleyadiano acompañó de vuelta a Neil hacia Apollo 11, que había sido reparado y estaba listo para partir. Al regresar a la Tierra, Neil mantuvo en secreto su increíble encuentro, guardándolo durante toda su vida.
Esta historia, aunque increíble, añade una dimensión fascinante a la misión Apollo 11 y nos invita a reflexionar sobre las maravillas y las infinitas posibilidades que el universo podría ofrecernos.